En el barrio San Pedrito la enorme construcción desentona con todas las demás. En medio de casas de construcción humilde, la mayoría a medio terminar, el edificio con acabados perfectos rompe el equilibrio que le da a este barrio el estatus de área marginal.
La Casa Alberione fue fundada hace 14 años por el entonces titular de la Diócesis de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo, para dar tratamiento psicológico y psiquiátrico a sacerdotes con problemas de conducta sexual, la mayoría de ellos por violación de menores.
Casa Alberione, llamada así en honor a Santiago Alberione (beato fundador de la orden Paulina), está en la calle Pemex 3987, colonia Vista Hermosa, Barrio de San Pedrito. Es de diseño arquitectónico vanguardista. Los muros de concreto y de altísimas paredes que encierran jardines perfectamente cuidados.
Impecables permanecen las instalaciones donde los sacerdotes –algunos mexicanos, la mayoría extranjeros— buscan regresar al redil.
Los dormitorios, salas de juntas, la sala de juegos, el amplio comedor, el gimnasio, consultorios médicos y la capilla. Todo perfectamente en orden. Las encargadas del mantenimiento son monjas Paulinas, quienes preparan los alimentos y atienden a los internos, que en su ocupación máxima tiene hasta 25 sacerdotes, todos por conductas “inapropiadas”.
Aunque este refugio aparece en el padrón del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), entrar a él es complicado; pero, sobre todo, restringido. La primera norma es que el centro es exclusivo para sacerdotes de la Iglesia Católica, luego la edad. Si el sacerdote es joven, fuerte y “puede valerse por sí mismo” entra, si no, ni pensarlo.
“El curita debe asistirse por sí mismo”, dice la hermana Mónica, asistente de la oficina del asilo. La razón de no aceptar ancianos, continúa, “es porque el programa de rehabilitación incluye largas caminatas en los jardines y ejercicios en el gimnasio”.
Mónica es una monja de las Pías Discípulas del Divino Maestro, quienes, junto con Ricardo Roqueñi, manejan el centro. La congregación de las Pías tiene su sede en Vía Garbéele Rosetti No.17, en Roma, Italia. La orden fue creada en 1924 por el sacerdote Santiago Alberione, en Italia y en honor a él.
Con la venia del Vaticano, desde Italia, la Congregazione Pie Discepola del Divin Maestro promueve Casa Alberione como un refugio para sacerdotes y religiosos “que se hayan, en cualquier forma, necesitados”.
En su página web el Vaticano dice que el trabajo de las religiosas en Casa Alberione es una contribución para “asistir y acompañar a los sacerdotes durante el ejercicio del ministerio, en los momentos de sufrimiento, en la ancianidad, soledad y otras situaciones difíciles”.
Según la ficha de promoción de Casa Alberione (a la que se accede sólo a través de la página web del Vaticano), el centro fue inaugurado el 3 de octubre de 1983, en una celebración eucarística presidida por Posadas Ocampo, quien consolidó la colaboración de la Diócesis de Guadalajara con la congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro, al inaugurar el proyecto Génesis para sacerdotes y religiosos.