Guadalajara Refugio de Pedófilos "El encubrimiento"

Durante su estancia en el centro, el sacerdote costarricense pagó sus gastos de manutención y tratamiento, para ello vía telefónica solicitó ayuda monetaria al obispo Ángel San Casimiro, quien ante la Fiscalía de San Carlos, Costa Rica, aceptó haber enviado a Vásquez por lo menos mil dólares para el pago de su estancia.

Un recibo de honorarios expedido por un psiquiatra de Guadalajara, que obra en la Fiscalía del país centroamericano como prueba de la primera estancia de Vásquez en México (cuya copia está en poder de Contralínea), indica que el 29 de abril de 2000 Enrique Vásquez pagó 600 pesos “por concepto de honorarios médicos” a Daniel Núñez Hernández, psiquiatra psicoterapeuta egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara, certificado por el Consejo Mexicano de Psiquiatría con el número D.G.P. 717104.

Nuñez Hernández dice que fue “hace muchísimo tiempo” que dio atención psiquiátrica a Enrique Vásquez, quien atravesaba por una aguda crisis de depresión. “Le receté antidepresivos”.

Afirma desconocer los antecedentes de quien fuera su paciente, y que el sacerdote Ricardo Roqueñi tampoco le informó sobre los delitos que éste había cometido. Dice que ni siquiera a él, que se encarga del tratamiento psiquiátrico de los asilados en Casa Alberione, se le da información sobre sus pacientes. “Como empleado del clero no estoy autorizado a pedir explicaciones”.

Nuñez rememora:

“Hace mucho ví al padre, entre muchos padres que veo, hace unos tres años. Andaba deprimido y el tratamiento psiquiátrico fue básicamente antidepresivo. No sé cuántas veces lo atendí, llevo muchos años atendiendo a cinco o seis sacerdotes diarios”.

—¿Tenía usted conocimiento de que había cometido abuso sexual de menores?

—No, el padre Ricardo no me informó, él sabe lo que hace. Yo soy empleado del clero y no puedo juzgar.

No se sabe el tiempo que Vásquez permaneció en Casa Alberione. El director del Centro, Ricardo Roqueñi, se niega a proporcionar cualquier información.

Datos de Interpol indican que de México, Vásquez regresó a la parroquia de St. Mary, en Conneticut, de donde fue despedido el 14 de octubre de 2002. En ese mismo año, mientras en Costa Rica se denunciaron otros casos de violaciones, ingresó nuevamente a México para internarse por segunda ocasión en Casa Alberione.

En su declaración ante la Fiscalía de San Carlos, Costa Rica, Ángel San Casimiro señaló que el director de Casa Alberione, Ricardo Roqueñi “me pidió que si me hacía cargo de los gastos y ¿Qué remedio me quedaba? Le dije que sí, pero que una vez que terminara el tratamiento, regresara a Costa Rica”.

Vásquez no regresó a Costa Rica, y aunque desde 1999 la Fiscalía de San Carlos instó al obispo a señalar cualquier indicio de su paradero, éste además de no notificar la localización del prófugo, continuó sufragando sus gastos durante su huida.

En las indagatorias de la causa penal 98-2015110306PE, el pasado 29 de junio, la fiscal Alba Campos preguntó a San Casimiro: “¿Porqué no avisó de su paradero en un centro de rehabilitación en México?”.

El sacerdote respondió que la Fiscalía le envió dos cartas para preguntarle por el paradero de Vásquez, y no se le comprometía a informar cuando supiera su paradero.

“Nunca me dijo: ‘cuando sepa dónde está, avíseme’. Yo fui formado para ser pastor, no investigador privado”, dice el obispo, quien en la misma audiencia reconoció haber financiado la estancia de Vásquez en Casa Alberione.

En los últimos meses el obispo ha presionado ante la Fiscalía de San Carlos para que se de por cerrado el caso, toda vez que la familia de Ariel lo demandó por encubrimiento. Telefónicamente se ubica a San Casimiro en su casa de Ciudad Quesada. El obispo dice que ese es asunto pasado y no hará declaraciones.

“Ese asunto quedó aquí en la Fiscalía y yo no voy a referirme al respecto”.

—¿Cuánto pagó usted por la estancia del sacerdote en Guadalajara mientras estaba prófugo?

—Yo no voy a referirme a eso ¿ok?

— ¿Pagó usted esta terapia?

—No, no, no, definitivamente yo ya di esas declaraciones, las di hace tiempo ¿ok?

Se le recuerda que en la Fiscalía quedó claro que él sufragó la terapia de Enrique Vásquez, cuando éste ya era prófugo de la justicia y no notificó de su paradero. San Casimiro cuelga el auricular.

El fiscal Henry Esquivel señala que por el agravamiento de nuevos casos de violación sexual de menores cometidos por Vásquez en distintas provincias del país, turnó el expediente a la Fiscalía de Jaco (ubicada en la zona costera de el país), pues se descubrió, dice el fiscal, “que las nuevas acusaciones son más graves”.

En la Fiscalía de Jaco, provincia de Puntarenas, informan que la averiguación contra Vásquez (con el número 04-20284-553-PE) sigue abierta, pues aún no se sabe exactamente el número de menores abusados por el cura, que podrían derivar en nuevas denuncias.

El fiscal asignado a la nueva investigación, Wilberth Jiménez, asegura que “el asunto está en trámite y se le dará la prioridad que se requiere”.